AVENTUREROS DE PIPAS Y SOFÁ.

Nos gusta la aventura, añoramos la sensación de novedad, de adrenalina, de límite y de contraste. El estilo de vida urbano aplasta esas posibilidades, por eso siempre queremos salir, escapar, viajar, probar…

Solo así se explica el éxito que están teniendo los programas de viajeros-aventureros, que copan (sobre todo ahora en verano) la parrilla televisiva.

Nos encanta españoles por el mundo, madrileños por el mundo, gallegos por el mundo (y supongo que murcianos por el mundo, andaluces por el mundo, turolenses por el mundo etc.), Callejeros viajeros, “El último superviviente” (ese tío que está todo el día en Cuatro y que no hace más que comer cosas asquerosas… que se va al desierto ala! a comer bichos, que se va a la selva, ala! a comer bichos, que vicio que tiene…) y por supuesto mi preferido: el Gran Jesús Calleja en Desafío Extremo, que aunque en verano tengamos que conformarnos con las reposiciones, siempre es un espectáculo verlo bebido en medio del Nepal.

Desde el punto de vista de una publicista hay que aprovechar el tirón, venga a anunciar viajes, tiendas de campaña, safaris, cursos de inglés…

Y desde el punto de vista de un persona de a pie (que en el fondo tb lo soy…) me pregunto cómo podemos soportar tanta presión desde el sofá. Cada vez que veo Desafío Extremo me entran unas ganas locas de coger mi mochila y salir por la puerta a vivir aventuras increíbles, conocer nuevas culturas, a ponerme al límite, sin embargo , mi límite está en que al día siguiente hay que madrugar, así que como mucho me como una pizza “hawaiana” y un yogur “griego”, y pa’la cama soñar, y si tengo suerte será con Calleja en una montaña del Tíbet :)