Somos cartelistas, que no carteristas


El cartel, la forma publiciatia más antigua y mi formato favorito. Cuántas veces hemos decorado nuestra habitación, piso de estudiantes, puerta de armario, taquilla, carpeta, despacho, tapa del wáter (bueno, eso no, aunque puede que en un apuro no nos viniese mal) con carteles mal-arrancados de la calle.

Las primeras manifestaciones de carteles aparecieron hace tropecientos años (miles) y servían para señalizar lugares, darlos a conocer. En eso, realmente, no ha cambiado mucho su función.
De hecho, me encontraba yo, por Vilagarcía adelante, pegando carteles para buscar piso, cuando me acordé de todo esto, Qué útiles siguen siendo los carteles: véase la cartelera de los cines, los carteles de horarios (de tiendas, trenes, ...), los carteles de las fiestas parroquiales, los carteles de los conciertos,...

En realidad, si lo piensas, nos enteramos de un montón de cosas a través de ellos y siguen siendo un soporte publicitario completamente imprescindible (para que luego hablen de la muerte de los medios masivos): son gratuitos ("la impresión es lo que cuesta", pero no es estrictamente necesaria, con un boli Bic, un folio y un poco de celo vasta), ofrece un gran número de impactos, directo al target (por zona geográfica y porque sólo lo lee a quien le interesa) y porque no tiene límites (ni físicos, desde el "A2" al "A12"; ni creativos, todo vale).

En definitiva, un medio verdaderamente eficaz, que todo planificador de medios debe de tener en cuenta. (Véase, hace una semana que anuncié mi necesidad de techo y ya lo he encontrado. Es más, recibí un montón de ofertas).

Mis carteles preferidos son los que ponen "prohibido fijar carteles" (siempre me hacen reflexionar y eso es bueno). Aunque los que son muy específicos también tienen su gracia: "se limpian coches a mano por fuera" (eso si que es especializarse). O los carteles des-informativos (que también los hay): "para abrir gire al revés de lo que está pensando". Bueeeno, vale, y los míticos de Toulouse-Lautrec o Cassandre (un poner), no están mal.

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